Por: Ana María Estrada Tobón
La mirada empresarial sostenible es capaz de tener un propósito común de humanidad, en la que su hacer contribuya de manera significativa a hacer de este mundo, un mejor lugar para vivir y para expandir el potencial de las personas. Si lo tenemos claro, los resultados se darán.
Las empresas no tienen que competir para ser sostenibles. Lo que necesitan es hacer lo que hacen de manera impecable y contundente. Si tienen el valor de hacerlo, poniendo el foco en sí mismas, el mercado se los retribuirá.
El estar todo el tiempo pendiente de mi competidor, generará a nivel sistémico solo dolor, desazón, fragmentación y desgaste. Y esa es una mirada muy pobre de la empresa y del vivir organizacional.
Así funciona el asunto: es bien simple. Pero para el mundo empresarial contemporáneo, “la estrategia” es al revés, evaluamos la manera cómo se mueve la “competencia” con la emoción de hacerlo mejor nosotros, de cómo les quitamos mercado, etc. Y no nos damos cuenta de que esta manera de moverse podrá ser sostenible en una mirada bastante limitada de un nicho empresarial, pero que como humanidad, nunca es sostenible.
Marzo 5 de 2019.