Por: Ana María Estrada Tobón
El exceso de certezas, nos vuelve ciegos, sordos y mudos, pero la carencia de certezas, inseguros y llenos de confusiones. Encontrar el “verdadero” punto medio para cada uno, consiste en una de las rutas por recorrer que tendrían más sentido, en todo este camino de las Redes Colaborativas.
Se trata entonces de armonizar, entre lo que creemos, con el ser capaces de “soltar” y permitir, a pesar de que sabemos qué es eso en lo que creemos con convicción, para poder preguntarnos, al escuchar a un “otro” que me “seduce” e incita con una manera y unas formas diferentes a las mías. Hacerlo con la apertura reflexiva necesaria para que mi mirada pueda ser transformada, ya sea para alejarme de mi propio mirar, o ya sea para fortalecer eso que yo veo, pero que a partir de este sencillo ejercicio, podré afianzar con sentido y fortaleza, en mí.
Si soy capaz de hacer ese sencillo ejercicio, podré ahora sí, “conversar” con otros, pues, de una manera muy simple, ya no tengo nada que perder. No tengo nada que defender, ni nada que demostrar, ni de lo que soy, ni de lo que siento.
Solo en ese lugar, es posible desarrollar un trabajo colaborativo, pues el brillo deja de ser individual, para pasar a ser colectivo. El proceso, es bien simple; el problema es soltar nuestros egos para ubicarlos bien lejos de lo que cada uno de nosotros, somos en realidad.
Febrero 25 de 2019.