Por: Ana María Estrada Tobón
Comprender el concepto de hacerse cargo, nos parece tan sencillo pero es tan complejo a la hora de asumirlo y ponerlo en movimiento… Este movimiento requiere un desplazamiento interior que invita a vivirse con valor y coraje, tal como lo propone Otto Scharmer en su desafiante propuesta de la Teoría U.
En este sentido, la disposición se convierte en un aspecto fundamental para ese moverse. Necesito tener la fuerza interior, la disposición, el querer, para poder lograrlo. El impulso vital es el sentido, desde ahí, el camino se puede ir recorriendo, siempre con incertidumbres, que se van aterrizando a medida que vamos dando los siguientes pasos.
Sin embargo, algunos sienten que ese hacerse cargo es un deshacerse de las responsabilidades que a cada uno le competen y no hay tal. Todo lo contrario: el colaborar implica un disponerse a hacer parte de un proceso, sin cálculos.
De esta manera, si todos los participantes se ubican en ese lugar interior, la colaboración fluye y confluye. Pero si yo utilizo el hacerse cargo para decirle al otro, que resuelva cómo se va a defender, se utiliza y manipula este concepto.
Por eso, en la mirada de las redes colaborativas es esencial el poderse ubicar en un lugar interior en el que podamos ver nuestra intención, es decir, desde dónde hacemos lo que hacemos. En ese lugar es imposible que nos digamos mentiras, no hay cómo. Las mentiras pueden darse hacia fuera, pero nunca a uno mismo.
Esta es la invitación, a vivirse con coraje para hacernos cargo desde nuestra autenticidad.
Julio 18 de 2019.