Por: Ana María Estrada Tobón
La Presencia es tan necesaria en el vivir de todos nosotros… Solo desde el silencio interior, desde la quietud interna, es posible resolver los desafíos diarios. Y pues ese regalo de estar presentes es en un primer momento para nosotros mismos, para posteriormente, ser capaces de ubicarnos en presencia sistémica con los otros y el nicho. Este es un tema casi que en vía de extinción…
De esta forma, nuestras ocupaciones y preocupaciones que nos parecen tan gigantes y agobiantes, parecen hormigas, de frente a las conexiones sistémicas de un propósito común superior. Pero nuestro lugar de conciencia, muchas veces no nos da esa mirada y nos limitamos a ver un milímetro más allá de nosotros. En otras palabras, sin darnos cuenta, nuestras mirada sistémica, es casi que nuestra mirada individual.
Casi no tenemos apertura para verla de frente en su justa dimensión. Esta terrible limitación puede deberse a que si nos damos cuenta, y vemos lo que tenemos que ver, tal como lo diría mi amado maestro Humberto Maturana, perdemos la inocencia, y desde ahí, ya no podemos desentendernos.
Ese es el desafío: más quietud interior, más silencio, más presencia, para que podamos entregarnos a la experiencia del vivir en todas sus derivas, incluyendo por supuesto, la laboral.
Enero 16 de 2020.